lunes, 10 de agosto de 2015

Que es el Chi

Entender El Chi

 Los chinos,  desde hace mucho tiempo, dicen que existe una fuerza superior que impregna todos los seres del universo. Esta energía  es llamada Chi (también denominada como Soplo Cósmico o respiración del dragón). No debemos confundir y decir que la traducción para Chi es energía. Chi es mucho más que energía. Para comprender el concepto de Chi en su totalidad, precisamos pensar de modo oriental.
El fluir del chi 
Todos los espacios habitados contienen vida. Lo sabemos porque sentimos su influjo. Esta corriente vital es el chi. 
La vitalidad podríamos decir que es la actividad de las cosas vivas, su eficacia. Lo que significa que sin vitalidad, sin chi, la vida no existe. Pero la cantidad necesaria de chi en las distintas estancias de una vivienda depende del uso que vayamos a darles. 
Un exceso de vitalidad, de energía chi, puede llegar a producir el caos. Por eso, el chi debe deambular por la casa libremente, sin tropiezos; jamás debe quedar estancado por los rincones. 
Puede que el chi quede atrapado en algún lugar porque hay obstáculos que impiden su libre tránsito; hay que facilitarle su camino, liberar la circulación del chi si deseamos que la armonía y la energía positiva formen parte de nuestro hogar. 
Debemos evitar que los muebles estén demasiado juntos, eso le impide circular con comodidad. Si las personas nos movemos con dificultades entre el mobiliario de la casa, el chi también las tendrá. 
Eso que llamamos atracción, química, etcétera, no son más que manifestaciones del chi. Estas expresiones pueden ir dirigidas por igual hacia lugares, personas o cosas. Los niños que no pueden dormir sin su osito de peluche es porque han depositado en él lo mejor de su vitalidad, por eso se sienten protegidos y arropados en su compañía. 
Podríamos decir que el chi es como la sangre de nuestras venas, el fluido vital que nos ayuda a estar vivos y activos. El espacio que le dejamos para circular por nuestro hogar son los vasos sanguíneos: cuanto más amplio y mejor distribuido esté para su circulación, mayor y mejor será la salud de nuestra vivienda. 
El chi es lo único que puede llegar a alterar la esencia de las cosas. Personas, lugares y objetos son conducidos por el chi; allá donde él nos lleve es el lugar al que vamos. Pero nosotros podemos ayudarle a ir mejor y con menos complicaciones; eso redundará en nuestro beneficio y nuestra prosperidad. 
Para que el flujo del chi circule alegre y suelto por nuestro hogar debemos evaluar la distribución y el recorrido de los caminos de la casa, de los espacios por los que nos movemos cotidianamente. El orden en el que están colocados los distintos objetos del hogar, o el lugar que ocupa el punto de luz de una habitación, pueden determinar su flujo. 
Si en la mesita baja, esa que tenemos en el rincón para dejar cualquier cosa; así, sola, desangelada, sin ningún objeto decorativo que la adorne, pasa desapercibida; el chi se estanca, no hay alegría ni vitalidad sobre la mesa. Pongamos sobre ella algún objeto, algo que le dé luminosidad y brillo, que llame la atención y nos obligue a mirarla al margen del uso cotidiano que le demos; de este modo el chi se activará y circulará con mayor vigor y de forma más positiva. 
    


El chi mejora con             El chi empeora con

Caminos                                    Paredes
Ventanas                              Puertas cerradas
Espacios amplios               Espacios recargados
Orden                                   Desorden
Luminosidad                          Penumbra
Temperatura adecuada      Excesos de calor o frío
Ondulaciones                             Aristas
Movimiento                            Quietud

del libro Manual del Feng Shui para el Sur- Anon

No hay comentarios:

Publicar un comentario